Revisión global de la monitorización de la exposición al DDT y al dieldrín en aves rapaces

    Una revisión científica a escala global pone de manifiesto el sesgo geográfico en el esfuerzo de monitorización de la exposición al DDT y al dieldrín en aves rapaces, desvelando que es poco probable que los patrones ecotoxicológicos establecidos para estos compuestos organoclorados sean completamente representativos de todos los entornos.


    Los plaguicidas son sustancias químicas que se utilizan para controlar, erradicar o disuadir especies de plantas y/o animales considerados como plagas, y se han utilizado para salvaguardar cultivos contra plagas agrícolas destructivas y proteger a los humanos contra enfermedades transmitidas por vectores durante siglos. Aunque estas sustancias han beneficiado a la agricultura, muchos tuvieron un impacto negativo inesperado en el medio ambiente y en la salud humana y animal, especialmente plaguicidas organoclorados como el diclorodifeniltricloroetano (DDT) y el dieldrín.

    Ambos productos fueron muy utilizados en todo el mundo durante décadas, pero su uso fue siendo prohibido paulatinamente debido a su toxicidad y alta persistencia, al menos en los países desarrollados. Por desgracia, ambos productos siguen produciéndose y utilizándose en los países en vías de desarrollo, conocidos en su conjunto por su localización geográfica como el Sur Global.

    La exposición de las aves a los contaminantes organoclorados ha sido ampliamente estudiada, y gracias a ello, se pudo conocer el desafortunado impacto negativo del DDT sobre el éxito reproductor de las aves al reducir el grosor de la cáscara de los huevos. Pero estos estudios se han desarrollado en determinados países o regiones y se han centrado en un grupo concreto de especies. Paradójicamente, existen muy pocos estudios de monitorización de estos compuestos organoclorados en aves en los países del Sur Global, donde todavía se siguen utilizando estas sustancias tan dañinas para el medio ambiente y la conservación de la biodiversidad.

     

    El Pigargo vocinglero (Haliaeetus vocifer) es una especie de águila pescadora africana sobre la que se han llevado a cabo estudios de exposición al DDT, ya que la presencia de estos compuestos organoclorados es importante en la red trófica acuática (Foto: Rafael Mateo).

    Científicos de la University of Cape Town (Sudáfrica), la University of the Witwatersrand (Sudáfrica) y el Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) han revisado los esfuerzos de monitorización de la exposición de las aves rapaces (uno de los grupos de aves bioindicadoras más estudiados en este aspecto de la ecotoxicología) al DDT y al dieldrín a escala global, proporcionando una retrospectiva histórica de este problema medioambiental.

    El análisis realizado indica que los muestreos de los sistemas de monitorización de la exposición de las aves rapaces al DDT y al dieldrín están sesgados geográficamente hacia el Norte Global, con más del 90% de los estudios realizados en esta región sociogeográfica, la mayoría de Europa y América del Norte.

    Aunque esta monitorización ha incluido al menos 114 especies de aves, la mayoría de las muestras provinieron de relativamente pocas especies, con tres especies (gavilán euroasiático Accipiter nisus, águila calva Haliaeetus leucocephalus y halcón peregrino Falco peregrinus) comprendiendo el 50% de las muestras analizadas.

    Los tipos de rapaces muestreados han cambiado a lo largo del tiempo, con especialistas en la depredación de aves y mamíferos dominando hasta la década de 1970 y con gremios tróficos más diversos y generalistas monitoreados en décadas posteriores. Los tres tejidos más muestreados (huevo, hígado y plasma sanguíneo) comprendieron el 84% de todas las muestras, siendo los huevos el único tejido muestreado a lo largo de todas las décadas.

    El sesgo geográfico en el esfuerzo de monitorización y el enfoque en un número relativamente limitado de especies de aves sugiere que es poco probable que los patrones ecotoxicológicos establecidos para el DDT y el dieldrín sean completamente representativos de todos los entornos globales ocupados por aves rapaces. En este sentido, si bien los esfuerzos de monitorización siguen siendo frecuentes en el Norte Global, es bastante limitado en los países del sur, con menos del 10 % de las aves rapaces muestreadas en Asia, África y América del Sur durante las últimas 3 décadas.

     

    Resumen gráfico de la revisión científica.

    A la luz de estos resultados, los autores de esta revisión científica destacan la necesidad de mejorar el esfuerzo para biomonitorizar los contaminantes ambientales en países del Sur Global en vías de desarrollo en los que las regulaciones para controlar esta amenaza son más escasas o difícilmente implementables, que por otra parte son los que albergan todavía la mayor riqueza en biodiversidad del planeta.

    Puedes consultar la publicación científica de este trabajo de investigación en: