La exposición a contaminantes organoclorados en las áreas periurbanas y agrícolas del entorno de Ciudad del Cabo se relaciona con cambios hematológicos en los caracales
La fauna silvestre que vive en torno a las grandes ciudades está expuesta a múltiples sustancias contaminantes potencialmente dañinas, la mayor parte de las cuales derivan de las actividades humanas. La severidad de esta exposición, las vías por las que se produce y el grado de bioacumulación de estas sustancias contaminantes varía en función de diversos factores, como los hábitos alimentarios, el uso del hábitat y las especies faunísticas implicadas.
Entre los distintos grupos de fauna, los carnívoros, que desempeñan funciones vitales en los ecosistemas, son especialmente vulnerables a la bioacumulación de contaminantes por su posición en las cadenas tróficas, por lo que son especies centinela ideales para la monitorización de estas sustancias. En este sentido, entender los predictores espaciales y alimentarios de las sustancias contaminantes desde una perspectiva One Health (Una Sola Salud) es de gran valor para establecer estrategias de control de la exposición.
Una investigación liderada por la University of Cape Town y la Cape Leopard Trust (Sudáfrica), en colaboración con el Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), ha examinado la exposición a contaminantes organoclorados (incluyendo el dicloro difenil tricloroetanos, DDTs; y los bifenilos policlorados, PCBs) en caracales (Caracal caracal) que habitan zonas periurbanas y agrícolas en el entorno de Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Además, estudiaron la relación entre la bioacumulación de estas sustancias en la sangre y el tejido adiposo con datos espaciales, alimentarios, demográficos y fisiológicos, con el objetivo de determinar las fuentes y el riesgo de exposición y sus efectos potenciales.
El caracal (Caracal caracal) es un mesocarnívoro que selectivamente se alimenta en la franja periurbana y agrícola de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), siendo una buena especie indicadora de su estado medioambiental (Foto: Yvonne Tromp).
Los resultados muestran índices de exposición elevados en los caracales de Ciudad del Cabo: los DDTs fueron detectados en el 83% y el 100% de las muestras de sangre y tejido adiposo analizadas, respectivamente; mientras que los PCBs estuvieron presentes en el 100% de las muestras de sangre y de tejido adiposo estudiadas.
Los caracales que usan espacios especialmente transformados por el ser humano (como viñedos, áreas con mayor densidad poblacional o con mayor presencia de transformadores eléctricos) y zonas húmedas bioacumulan mayores cargas de contaminantes organoclorados. Paradójicamente, estos espacios son positivamente seleccionados como zonas de alimentación, lo que sugiere que los caracales son atraídos a áreas que casualmente incrementan su riesgo de exposición a estas sustancias químicas. Por otro lado, la biomagnificación es mayor en individuos que se alimentan de presas en niveles tróficos elevados o en presas exóticas.
Finalmente, los niveles más elevados de exposición a contaminantes organoclorados fueron lo suficientemente altos como para provocar un recuento elevado de glóbulos blancos (especialmente linfocitos) y de plaquetas, lo que sugiere que estos contaminantes pueden modificar mecanismos de la función inmune y contribuir a una mayor susceptibilidad a padecer enfermedades en los individuos más expuestos a la contaminación.
Resumen gráfico del trabajo de investigación.
Este trabajo de investigación pone de manifiesto que la exposición y bioacumulación de contaminantes organoclorados es amplia en las cadenas tróficas del entorno de Ciudad del Cabo, por lo que la conservación de las poblaciones locales de caracal requiere adoptar medidas de gestión que minimicen la presencia de estos contaminantes y/o las vías de exposición.
Puedes consultar la publicación científica de este trabajo de investigación en:
- Leighton, G. R. M., Bishop, J. M., Camarero, P. R., Mateo, R., O’Rian, M. J., Serieys, L. E. K. 2022. Poisoned chalice: Use of transformed landscapes associated with increased persistent organic pollutant concentrations and potential immune effects for an adaptable carnivore. Science of the Total Environment 822, 153581.