El topillo campesino contribuye al aumento de la tularemia en el medio agrario

    Investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC, CSIC-UCLM-JCCM), del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (Universidad de Valladolid), del Instituto de Salud Carlos III (Madrid), y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-la-Mancha, demuestran un papel amplificador del topillo campesino (Microtus arvalis) para la bacteria Francisella tularensis, causante de la tularemia.

    La tularemia es una enfermedad que puede afectar tanto a personas como a animales, siendo los conejos, liebres y roedores especialmente sensibles a dicha bacteria. Las personas se pueden infectar por diferentes vías, como son la inhalación de aerosoles y material vegetal o tierra infectada, el contacto con carcasas de animales muertos, la ingesta de carne de animales enfermos y/o de agua contaminada y la picadura de garrapatas, mosquitos y moscas. De forma general, la enfermedad comienza de forma repentina con síntomas que varían en función de la vía de transmisión y, a pesar de que puede llegar a causar la muerte, la mayoría de las infecciones se pueden tratar con éxito mediante el uso de antibióticos.

    En Castilla y León han tenido lugar dos grandes brotes de tularemia, uno en 1997-1998 y otro posterior, en 2007-2008, acumulando un total de c. 1000 casos confirmados en humanos. Inicialmente, el primer brote fue atribuido a la manipulación de liebres de caza, mientras que el segundo, a un aumento de la abundancia del topillo campesino. Posteriormente, en 2014, volvieron a aumentar los casos de tularemia en humanos (95 casos confirmados), coincidiendo nuevamente con un incremento significativo en la población de topillo campesino, aunque no se declaró una epidemia de la enfermedad en la región. La existencia de una asociación espacio-temporal entre las explosiones demográficas del topillo campesino y los casos de tularemia en humanos en Castilla y León a lo largo de estos 18 años, ha sido recientemente publicada en la revista Vector-Borne and Zoonotic Diseases por los mismos investigadores.

    En un nuevo artículo publicado en la revista Emerging Infectious Diseases, los investigadores analizaron muestras de topillos de la provincia de Palencia (donde los casos de tularemia en humanos han sido recurrentes) a lo largo de dos años, entre 2013 y 2015, coincidiendo con una explosión demográfica del topillo campesino en la región. Utilizando muestras de hígado y bazo de los topillos y análisis genéticos, se analizó la presencia de la bacteria Francisella tularensis y su relación con la densidad poblacional del topillo.

    La prevalencia media de la bacteria Francisella tularensis en el topillo campesino fue del 20.16%, llegando al 33% de los individuos durante el pico poblacional que tuvo lugar en julio de 2014. Asimismo, se observó una fuerte correlación entre la prevalencia de la bacteria y la abundancia del topillo, es decir, el aumento de la población de topillos contribuye a una mayor infección de tularemia entre los individuos de la población y, en consecuencia, a una mayor propagación de la bacteria en el ambiente.

    Este estudio pone de manifiesto que el topillo campesino tiene un papel clave en la transmisión y en la amplificación de la bacteria en los medios agrarios de Castilla y León, donde esta especie de roedor está ampliamente distribuida y puede llegar a ser muy abundante durante las plagas (con densidades de hasta 1000 topillos por ha, de los cuales un tercio puede ser portador de Francisella tularensis). Por tanto, es importante llevar a cabo un seguimiento y una vigilancia de las poblaciones de topillo campesino para prevenir los brotes de tularemia, reduciendo la exposición de las personas a dicha enfermedad.

    Tularemia

    Rodríguez-Pastor R, Escudero R, Vidal D, Mougeot F, Arroyo B, Lambin X, Vila-Coro AM, Rodríguez-Moreno I, Anda P, Luque-Larena JJ (2017) Density-Dependent Prevalence of Francisella tularensis in Fluctuating Vole Populations, Northwestern Spain. Emerging Infectious Diseases 23: 1377-1379. doi: 10.3201/eid2308.161194