La carroña procedente de la caza: un recurso trófico inesperado para el lince ibérico

    Un estudio revela que el lince ibérico puede alimentarse de la carroña procedente de la actividad cinegética de forma regular, poniendo de manifiesto la necesidad de estudiar las implicaciones sanitarias y ecológicas de este comportamiento para la conservación de la especie.


    Cuando se agotan o escasean las presas, la carroña se convierte en una fuente de alimento alternativa extremadamente valiosa para muchas especies carroñeras facultativas como es el caso de los carnívoros. Sin embargo, la carroña también puede ser una fuente de alimento útil en situaciones normales, cuando la disponibilidad de los alimentos habituales no es especialmente baja, ya que puede ser de gran calidad y obtenerse con relativamente poco esfuerzo. Este es el caso de la carroña procedente de la actividad cinegética, cuya alta disponibilidad puede causar alteraciones en los ecosistemas.

    Se sabe que la carroña puede ser un recurso muy importante para los depredadores generalistas, que pueden cambiar sus hábitos alimenticios según la disponibilidad de este recurso trófico. Sin embargo, el papel que juega la carroña como recurso trófico para los depredadores especialistas sigue sin estar claro.

    Un caso muy ilustrativo lo encontramos en el amenazado lince ibérico (Lynx pardinus), un especialista cuya dieta se fundamenta principalmente en el conejo: los conejos constituyen más del 80% de la dieta del lince incluso cuando éstos son escasos. Sin embargo, hasta ahora se desconocía la importancia que puede tener la carroña en la dieta del lince ibérico, así como las implicaciones ecológicas y evolutivas del posible uso de carroña.

    Científicos del Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) y de la Universidad de Córdoba, en colaboración con la Finca el Castañar (Toledo), han presentado recientemente las primeras observaciones documentadas de linces ibéricos consumiendo regularmente carroña de origen antropogénico, concretamente de restos de ungulados silvestres procedentes de la caza.

     

    El comportamiento carroñero del lince ibérico suscita muchas incógnitas que requieren futuros estudios, como las derivadas de su posible impacto sanitario y de su efecto como herramienta de gestión sobre la conservación de las poblaciones del felino en áreas donde su principal presa, el conejo, es escasa.

    Estas observaciones fueron registradas gracias al uso de cámaras de fototrampeo, y permitieron documentar el comportamiento carroñero del lince ibérico en cadáveres de ungulados silvestres, usando como modelo una población de lince reintroducida en el centro de España. Siete de los 13 cadáveres colocados experimentalmente (54%) fueron visitados y carroñeados por linces ibéricos. Cinco cadáveres (38%) fueron devorados por más de un lince (de 1 a 7 individuos) y, en ocasiones, por varios individuos al mismo tiempo (2 adultos y 1 cría). Una gran proporción de los linces en el área de estudio (12 de 17: el 71%) comieron carroña.

    Se trata de un hallazgo sorprendente máxime teniendo en cuenta que el área de estudio alberga una elevada densidad de conejo. Ello sugiere que el comportamiento de carroñeo por parte del lince ibérico es probablemente más común de lo que se suponía, lo que tiene implicaciones para la conservación de esta especie amenazada.

    Por un lado, confirma los riesgos potenciales asociados al consumo de carroña de animales muertos por enfermedades o por actividades humanas como la ganadería o la caza. Por otro lado, el uso de carroña de ungulados podría ser un recurso importante para los linces en áreas con baja abundancia de conejos, por lo que podría utilizarse como una herramienta de manejo en programas de conservación del felino.

     

    Estas imágenes, registradas por cámaras de fototrampeo, muestran distintos ejemplares de lince ibérico carroñando cadáveres de ungulados silvestres cazados en los Montes de Toledo, centro de España: (a) macho territorial defendiendo un cadáver contra un individuo subadulto; (b) macho territorial escondiendo un cadáver fresco después de carroñar; (c) macho territorial compartiendo la carroña con un individuo subadulto; (d-f) dos machos territoriales y una hembra territorial carroñando juntos en el mismo cadáver.

    Puedes consultar la publicación científica de este trabajo de investigación, financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, en: