
Jaime Muriel es Licenciado en Biología por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En 2008 terminó su tesis de licenciatura en parasitología aviar y en 2009 finalizó el Máster oficial en Biología de la Conservación. Ese mismo año comenzó el doctorado en Biología Evolutiva gracias a una beca FPI en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN, España), presentando su tesis en enero de 2016. Entre mayo de 2018 y septiembre de 2019, tuvo un contrato postdoctoral en la UEx para investigar la ecología evolutiva de la malaria aviar. Posteriormente (sep. 2019-oct. 2021) se incorporó al IPE-CSIC como investigador postdoctoral Juan de la Cierva-Formación para estudiar cómo las condiciones ambientales influyen en la dinámica evolutiva de los fenotipos en aves silvestres. En octubre de 2021 se incorporó al Departamento de Zoología de la Universidad de Granada como Profesor Sustituto Interino para impartir clases de Etología y Zoología durante los siguientes 6 meses. Recientemente se ha incorporado al IREC-CSIC con un contrato de investigador postdoctoral dentro del Plan Propio de I+D+i de la UCLM.
Ha participado como supervisor de 6 TFMs y 6 TFGs (actualmente codirige 3 TFGs y 1 TFM), y ha sido codirector de la Tesis Doctoral defendida por Manuel González Blázquez en la UEx (julio 2021). Posee el Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP), y ha impartido charlas en cursos de formación, destacando su alta implicación en el programa de formación MuEuCAP en Myanmar (proyecto Erasmus+ de la UE). Obtuvo la acreditación de Ayudante Doctor en 2017 por la ANECA y el Certificado de Experimentación Animal (Funciones A, B, C y D) por la UEx en 2019-2020.
En su investigación, adopta un enfoque integrador para avanzar en la comprensión de los procesos eco-evolutivos en poblaciones naturales. Para ello, aplica ideas y técnicas de campos complementarios, como la ecología evolutiva, la ecofisiología y la parasitología. En los últimos años, sus publicaciones han destacado la importancia de los efectos maternos mediados por hormonas en la plasticidad fenotípica individual, apoyando el papel de los andrógenos derivados de la madre como moduladores de los compromisos de las estrategias vitales experimentadas por la descendencia. Este conocimiento es esencial, ya que los efectos maternos podrían no solo afectar potencialmente al estado de salud general de los individuos, sino también a los procesos ecológicos y evolutivos, mejorando la adaptación de la descendencia a entornos variables.
